la linterna roja

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1000 años de alegrías y penas

¿De qué va?

Ai Weiwei es uno de los artistas contemporáneos chino con mayor fama en todo el mundo, pero también es un activista cuyas acciones de denuncia han tenido mucho eco, yconsecuencias legales para él mismo. En este libro, el autor aprovecha para compartir también las memorias de su padre, el poeta Ai Qing, cuya vida atribulada, que incluye luchar junto al ejército comunista, y luego ser perseguido durante la Revolución Cultural, nos cuenta mucho de las motivaciones de Ai Weiwei para sus acciones.

Por qué leerlo

Ai Weiwei (Pekín, 1957) es uno de los artistas contemporáneos más influyentes y su perspectiva sobre el arte, la política y la sociedad es única y profundamente reflexiva.

El libro no solo cuenta la historia personal de Ai Weiwei, sino que también ofrece una visión detallada de los cambios y desafíos en China durante el último siglo. Su padre, Ai Qing, estuvo presente en momentos clave del siglo XX.

No menos importante, Ai explora cómo el arte puede ser una herramienta poderosa para el cambio social y la importancia de proteger la libertad de expresión.

En cuanto a su arte, a lo largo del libro, el autor nos cuenta el origen de algunas de sus obras más famosas, como Semillas de Girasol, una instalación de 2010 en la Tate Modern de Londres consistente en 100 millones de semillas de girsol de porcelana hechas a mano por artesanos chinos, simbolizando la producción en masa y la individualidad. O Dropping a Han Dynasty Urn, una serie de fotografías de 1995 en las que el propio Ai Weiwei deja caer hasta romperse una urna de la dinastía Han, un acto que cuestiona el valor de los objetos históricos y la preservación cultural. Y otras derivadas directamente de sus problemas con el gobierno chino, como WeiweiCam, con la que en 2012 Ai instaló cámaras en su casa y transmitió su vida en tiempo real como una protesta contra la vigilancia del gobierno.

Ai Weiwei dejando caer el jarrón de la dinastía Han

Saber más sobre el libro

El título del libro proviene de un poema de su padre, Ai Qing, un poeta que también fue perseguido por el régimen, y refleja la lucha de Ai por dejar un rastro de su vida, tanto para su hijo como para el mundo, a través de sus recuerdos y su arte.

La narración incluye recuerdos de la infancia de Ai en las remotas zonas a las que su padre fue enviado a trabajar durante la Revolución Cultural, lo que lo marcó profundamente. A través de su testimonio, Ai explora el papel que juega el arte y la política en la sociedad, así como la importancia de la resistencia personal frente a un entorno opresor. Al igual que su padre, Ai también experimentó el destierro y la censura, pero encontró en la tecnología y en su obra un medio para luchar contra la represión.

Ai Weiwei, de pequeño, con su padre Ai Qing

El libro es en última instancia un homenaje elegíaco al legado profesional y personal de su padre. Ai Weiwei cita poemas de Ai Qing y reproduce varios de ellos en su totalidad. Uno de los primeros trabajos de su padre, escrito en París, describe a sus compañeros exiliados “amando la libertad, odiando la guerra / enfurecidos por estas cosas / angustiados por ellas / Sudando / Con lágrimas en los ojos”.

Ai ahora vive en Portugal y, sigue pensando que el arte es un indicador de la salud social. La censura, escribe Ai, “es la forma más cruel de violencia”.


Para conocer más

Los artistas plásticos chinos contemporáneos han emergido como figuras influyentes en la escena artística global, abordando temas que van desde la política y la identidad hasta la tradición y la modernidad. Aunque Ai Weiwei es uno de los nombres más conocidos, existen otros artistas igualmente destacados que han contribuido significativamente al arte contemporáneo desde perspectivas únicas. A continuación, mencionamos algunos de los más importantes:

Zeng Fanzhi es uno de los pintores más renombrados de China, conocido por sus obras expresionistas que exploran la tensión entre el individuo y la sociedad en un contexto de cambios vertiginosos en el país. Su serie más famosa, Máscaras, retrata figuras humanas con máscaras grandes e inexpresivas que ocultan sus emociones, una metáfora de la alienación y la falta de identidad en la sociedad china contemporánea. Zeng ha utilizado su estilo cargado de emociones para capturar la sensación de angustia y desconexión que muchas personas sienten en un país que, tras décadas de reformas económicas, aún enfrenta profundas desigualdades y limitaciones a las libertades individuales.

Yue Minjun es otro artista chino contemporáneo ampliamente conocido por su estilo surrealista y su uso característico de figuras que se ríen exageradamente. Estas imágenes, aunque a primera vista parecen cómicas, revelan un comentario profundo sobre la vida moderna en China y la opresión política. En sus obras, Yue utiliza la risa como una forma de ironía, reflejando la ansiedad, la desesperanza y la deshumanización que muchos sienten en la sociedad actual. Sus obras han captado la atención internacional por su estilo distintivo y su capacidad para abordar temas sociales y políticos de una manera accesible, aunque subversiva.

Yue Minjun junto a una de sus obras

Huang Yong Ping, un pionero del arte conceptual en China, fue una figura clave en la introducción del arte de vanguardia en el país. Sus obras mezclan elementos de la cultura tradicional china con el arte contemporáneo occidental, creando complejas instalaciones que exploran la política, la religión y la historia. Una de sus obras más famosas es Theater of the World, una estructura en forma de tortuga que alberga insectos y reptiles vivos, simbolizando la lucha por la supervivencia y la brutalidad del poder político. Huang, quien vivió en Francia después de la represión de Tiananmen, se convirtió en una figura clave en la diáspora artística china, utilizando su obra para criticar tanto la política china como las tensiones globales.

Cai Guo-Qiang, conocido por sus espectaculares obras con pólvora y explosiones, ha ganado reconocimiento internacional por su enfoque innovador. Cai utiliza la pólvora, un invento chino, como medio artístico para crear pinturas y grandes instalaciones que exploran la naturaleza efímera de la vida y la destrucción creativa. Su obra, como el Proyecto para Extraterrestres, examina las interacciones entre lo humano y lo universal, el poder y la naturaleza. Cai ha realizado exhibiciones en todo el mundo (como por ejemplo, en el Museo de Prado en 2017) y sigue siendo un puente entre la tradición cultural china y el arte contemporáneo global, abordando temas como la guerra, la espiritualidad y la memoria histórica.

Cai Guo-Qiang creando con pólvora una de sus obras