Crónica de un vendedor de sangre

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许三观卖血记 Xǔ Sānguān Mài Xuě Jì

Yu Hua, 1995



¿De qué va?

Xu Sanguan trabaja en una fábrica de seda, pero comienza a vender su sangre a cambio de dinero cuando tiene necesidades económicas que su sueldo no puede cubrir. Dichas ventas se repiten cuando se tiene que enfrentar a diversas dificultades en su vida.

A través de sus sacrificios, Yu Hua nos ofrece un vívido retrato de la China rural y urbana durante la Gran Hambruna y la Revolución Cultural, mostrando de forma tragicómica los desafíos que enfrentan los individuos en tiempos de cambio social y económico, pero sobre todo ofreciendo una historia de resiliencia y supervivencia con un protagonista que dista mucho de ser un héroe.

Por qué leerlo

En esta novela, Yu Hua nos muestra de forma tragicómica la crueldad a la que puede llegar el ser humano, comenzando por el mismo protagonista, Xu Sanguan, pasando por médicos corruptos y acabando en una sociedad las apariencias y la imagen pública son esenciales.

El libro se caracteriza por usar un vocabulario accesible y sencillo, una característica de los libros de Yu Hua, y cuenta con la narración de un narrador omnisciente que no juzga ninguna de las barbaridades que los personajes hacen o dicen. A medida que avanzamos por el libro, recibimos motivos para acercarnos a Xu Sanguan, combinados con otros que nos alejan totalmente de él. No es un héroe, es una persona corriente que tendrá que enfrente a diferentes retos vendiendo su sangre, pero no siempre como forma de sacrificio por otros, sino también en su propio interés.

Es cuando el sufrimiento de los demás se convierte en parte de mi propia experiencia que verdaderamente sé lo que es vivir y lo que es escribir. Nada en el mundo, quizás, es tan probable de forjar una conexión entre las personas como el dolor, porque la conexión que surge de esa fuente proviene del fondo del corazón. Así que cuando escribo sobre el dolor de China, estoy registrando también mi propio dolor, porque el dolor de China es mío.
— Yu Hua
Personas leen posters dazibao en China en los años 60 del siglo pasado

Saber más sobre el libro

El autor, Yu Hua, nació en 1960, y vivió la Revolución Cultural (1966-1976) durante su infancia y juventud, algo que marcaría mucho la elección de temas en sus novelas. Después de trabajar cinco años como dentista (“básicamente sacando dientes a campesinos”, como contaría el propio Yu), a principios de los ochenta consiguió publicar sus primeros relatos en revistas literarias chinas. En 1992 publicaría su novela ¡Vivir!, que le daría fama sobre todo al ser adaptada al cine por Zhang Yimou en 1993. Otras novelas que destacan dentro de su obra son Brothers y Gritos en la llovizna.

En 2015, Crónica de un vendedor de sangre fue adaptada a una película coreana (Heosamgwan maehyeolgi), dirigida y protagonizada por Ha Jung-woo.


Para conocer más

La venta de sangre en China se convirtió en una fuente crucial de ingresos para muchos campesinos pobres, sobre todo en los años 80 y 90 del siglo pasado. En las zonas rurales, las condiciones económicas eran extremadamente difíciles, y vender sangre era a menudo una de las pocas opciones disponibles para obtener dinero rápido. Este fenómeno reflejaba las profundas deficiencias en la sanidad pública y las desigualdades socioeconómicas en el país.

Sin embargo, esta práctica no estuvo exenta de graves consecuencias. A mediados de la década de 1990, surgieron numerosos escándalos relacionados con la venta de sangre. La falta de regulación y las prácticas inseguras en las clínicas de recolección llevaron a la propagación de enfermedades infecciosas, incluida la epidemia del VIH/SIDA. Las condiciones insalubres y la reutilización de agujas infectadas provocaron una crisis de salud pública que afectó a decenas de miles de personas.

En respuesta a esta crisis, el gobierno chino implementó reformas significativas. En 1998, se aprobó la "Ley de Donación de Sangre", que prohibió la venta de sangre y estableció un sistema de donación voluntaria. Se crearon centros de donación de sangre seguros y regulados, y se lanzó una campaña nacional para fomentar la donación altruista. Estas medidas han tenido un impacto positivo, y la incidencia de infecciones relacionadas con la transfusión ha disminuido considerablemente.


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